Pictórico medieval

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Creando un cuadro desde cero

Esta es una de tantas sesiones planificadas para las casas rurales fotográficas que organizo, un evento que reúne a doce fotógrafos y fotógrafas, cuatro modelos y una casa de lujo para realizar diez sesiones diferentes durante un fin de semana intensamente fotográfico, todo ello gestionado y organizado por mi hasta el mínimo detalle. Una de las claves del éxito de estas sesiones es la colaboración y el intercambio de ideas dentro de una premisa. Los fotógrafos comparten sus técnicas y enfoques, aprendiendo unos de otros en un ambiente de apoyo mutuo. Los modelos, por su parte, aportan su experiencia y creatividad, lo que enriquece cada toma. A lo largo del día, se realizan pausas para revisar el material capturado, discutir ajustes y planificar las siguientes tomas.
En esta ocasión, conté con la participación de los geniales modelos:
@guidobenitez92
@_loonywatson_
@izabellamoiseeva_
@xnanawalker


Esta sesión, en particular, presentó varias dificultades debido a la estética específica que queríamos lograr, lo cual hizo que llevarla a cabo de manera que todos los detalles estuvieran planificados fuera todo un desafío.

Partimos de la base de que esta era la sesión del viernes, una jornada en la que no podía dedicar mucho tiempo, aproximadamente unas dos horas. Esto se debía a que los participantes venían de trabajar toda la semana y necesitaban recuperar energías durmiendo para estar frescos y activos para el sábado y el domingo, que son los días principales de las sesiones. Por lo tanto, la sesión del viernes tenía que ser algo “sencillo” a nivel lumínico, trabajado con luz continua para poder disparar en pequeños grupos sin problemas. Además, siendo cuatro modelos, era evidente que todos querrían llevarse fotos tanto individuales como grupales, lo que inevitablemente demoraría más la sesión. Necesitaba tener todo claro y bien organizado para poder disfrutar del proceso de disparo sin contratiempos.

La estética buscada para esta sesión era recrear un cuadro en el que varias valquirias elevan el cuerpo de un guerrero tras una dura batalla, llevándolo al Valhalla. Para ello, pude conseguir parte del atrezzo gracias a contactos que se dedican a la recreación histórica y fantástica. Este estilo se podía representar fácilmente con unas pieles y un poco de pintura, logrando una apariencia auténtica y convincente. Sabíamos que no disponíamos de mucho espacio en el set, ya que el fondo de tela medía solo 2.80 metros de ancho (de la distancia de tiro no teníamos problema ya que estabamos en un amplio salón donde montamos el portafondo portable y las luces). Al ser cuatro modelos, debíamos colocarlos muy cerca del fondo, lo cual planteaba el problema de las sombras si utilizábamos una luz dura para dar volumen, ya que esto podría romper la estética y hacer que la imagen se viera más artificial al notarse demasiado la sombra y la “intención” de iluminar de esa forma (es mejor que se entienda como un todo y no como algo buscado).

La iluminación en la pintura pictórica es un elemento fundamental que ha sido utilizado a lo largo de la historia para evocar emociones, crear atmósferas y dirigir la atención del espectador. Desde las pinturas rupestres hasta el arte contemporáneo, la forma en que se maneja la luz puede transformar completamente una obra de arte. Este aspecto de la pintura no solo añade realismo sino que también profundiza en la narrativa y la simbolización dentro de la composición.

En las obras del Renacimiento, por ejemplo, la iluminación juega un papel crucial. Los artistas de esta época, como Leonardo da Vinci y Caravaggio, emplearon el claroscuro, una técnica que utiliza fuertes contrastes entre luces y sombras para dar volumen y profundidad a los sujetos. El claroscuro no solo ayudaba a los artistas a representar mejor la tridimensionalidad en un espacio bidimensional, sino que también servía para crear dramatismo y resaltar aspectos específicos de la escena. Caravaggio es especialmente conocido por su uso dramático de esta técnica, que intensificaba la emocionalidad de sus escenas religiosas y cotidianas.

La iluminación en la pintura también ha sido utilizada para simbolismo y metaforización. En las obras religiosas, la luz a menudo simboliza lo divino, lo sagrado. Un halo de luz alrededor de la cabeza de una figura puede indicar santidad o espiritualidad. En las pinturas de Rembrandt, la iluminación suele centrarse en el rostro de los sujetos, destacando sus expresiones y dándoles una presencia casi etérea. Esta técnica ayuda a crear una conexión emocional entre el espectador y el sujeto.

Y hasta aquí puedo contarte, ya que lo siguiente es ver la iluminación, analizar las referencias, hablar de la dirección de modelos y por último la edición fotográfica. Para esto ya sabes que puedes apuntarte como MIEMBRO a la comunidad y poderle sacar todo el partido a esta sesión para aprender y poder replicarla por tu cuenta.

Si quieres;

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